La calma que precede a la tormenta. (LIBRE)

Era un día muy normal en el castillo, estaba sentado en mi trono al lado de mis hermanos, esperando que algo sucediera, esta aparente calma no terminaba de convencerme, era realmente extraño que nada hubiera pasado en tantos días, hace unos meses un día como este sería completamente normal, pero el mundo vampírico atravesaba serios problemas, y mis queridos guardianes habían tenido mucho trabajo estos días, el índice de rompimiento de reglas había aumentado considerablemente, muchos vampiros estaban sin control vagando por el mundo, y lastimosamente mis guardianes debían estar viajando constantemente por el mundo deteniendo a todo el que tuviera la intensión de romper nuestras reglas, de verdad me sentía muy a gusto con mi guardia, eran todos vampiros muy honorables y sobre todo fuertes, pero mi preocupación mayor era Jane.

En los últimos días ella había estado bastante extraña, al igual que Felix, cosa que me preocupaba bastante, Jane siempre se había caracterizado por su frialdad y seriedad, pero según los rumores en el castillo estaban ocurriendo cosas extrañas, romances, y ciertamente mi mayor temor era que aquel romance entre dos de los miembros mas queridos de mi guardia empezara a nublar sus decisiones y habilidades, como había ocurrido ya en otra ocasión con mi hermano Marco.

Todo parecía estar en suma calma, puse mi brazo en uno de los lados de mi trono y recosté mi barbilla en él, no sé exactamente cuánto tiempo pase así, pero ciertamente habrían sido varía horas, suspire al resignarme a que todo estaba perfectamente bien, no había ningún problema, cosa que era aburrida pero buena, era una buena señal que los vampiros sobre todo los jóvenes dejaran de dar problemas y se acoplaran a la forma de vida que habíamos impuesto, me erguí totalmente en mi trono y divise de lado a lado el hermoso salón, mire a mis dos hermanos y luego mi mirada quedo completamente perdida, hasta que un leve ruido se interpuso entre mis pensamientos y yo, estaba tan concentrado en mis cosas que no me di cuenta de que Chelsea estaba afuera hasta que ella toco la puerta, al parecer no estaba sola, sonreí por un momento y luego con voz agradable y de bienvenida dije: - Adelante mi querida Chelsea ¡, Bienvenida.. Me levante de mi trono y extendí mis brazos mientras Chelsea entraba por la enorme puerta con un joven vampiro agarrado del cuello.

Menee la cabeza de un lado al otro al ver a aquel vampiro Que tenemos aquí querida?... Dije mirando al chico a sus ojos que mantenían un color rojo intenso, cazar en Volterra, gran error, incumplir nuestras normas definitivamente no era la mejor opción para un vampiro joven, pobre neófito, su muerte se acercaba mientras yo permanecía parado en frente de mi trono mirando a los ojos a este chico que estaba arrodillado ante mi con Chelsea teniéndolo desde el cuello.

Cuando escuche la voz de Aro que accedia a que pasara lo hize con el muchacho, por alguna razon no dejaba de luchar, quizas como dije antes percibia que su muerte se acercaba pero no era mi culpa, él mismo se habia buscado aquello, la clemencia en Voleterra no era una virtud vista muy a menudo, es mas dudaba que existiera.

Sacando los echos de mi mente comenze a caminar ejerciendo mas fuerza de la normal sobre el cuello del muchacho que habia quedado impresionado por la sala y tambien por los tres vampiros que estaban frente a él. Sonrei con suma ternura hacia Aro cuando lo vi, él para mi significaba un padre, el padre que habia perdido hacia tiempo, no podia no sonreir en presencia de él. El muchacho se agito un momento cuando me pare cerca de los tres hermanos, para agilizar mi actitud, con un movimiento agil levante mi pie dando en la rodilla opuesta de la pierna del muchacho haciendo que este callera de rodillas ante Aro.

- Suspire tras la pregunta de Aro - Creo que nuestro amigo se ah tomado el atrevimiento de desayunar en los callejones de Volterra - informe de el asunto echandole un vistazo de desagrado hacia el neofilo -

El chico parecía estar bastante asustado, escuche la explicación de Chels sobre lo que había hecho, no había manera de que se salvara.. Que lastima querido.. Dije sin dejar de mirar al neófito que estaba arrodillado en frente de nuestros tronos, baje lentamente las escales que separaban nuestros tronos del resto del salón y acerque mi mano al brazo del neófito, pude ver de inmediato su transformación y todo lo que había vivido, había sido transformado pero nadie le había explicado las reglas, típico en estos tiempos.

Suspire luego de alejar mi mano de el Creo que no hay opción… Dije mientras me acercaba al chico con una sonrisa en mi rostro, tome su cabeza y le di una última mirada a sus ojos rojos, Chels seguía sosteniéndole del cuello con una fuerza increíble, de pronto pasee mi mirada por Chelsea y el neófito y cuando menos se lo esperaba le di un giro de 360º a su cabeza, la cual cayo al suelo igual que el cuerpo de aquel neófito, mire a Felix que estaba ubicado a el lado derecho del salón.. Sácalo de aquí Felix.. Dije entre un suspiro y una sonrisa, Buen trabajo querida.. Me dirigí a Chelsea mientras lentamente volvía hacía mi trono.

Asenti levemente tras el comentario de Aro mirando al muchacho, algunas veces te dara realmente lastima tener que asesinar a muchachos como el que sostenia, no porque perdieran sus vidas ni nada parecido porque realmente podrian llegar a algo mas en la vida, pero aquello con demasiada sinceridad no me importaba, hacia tiempo que me habia trasformado en una muchacha bastante diferente de lo que era con anterioridad y ya no me importaba esos pequeños detalles, por suerte ..

- Mire por unos segundos a Aron mientras se acercaba hacia el muchacho, hacia mi, y luego lo sabido su cabeza inerto sobre el suelo, sonrei por puro placer de haber cumplido bien mi tarea. Gracias señor, sabe que siempre el bienvestar de Volterra es mi prioridad - admiti viendo como Feliz con suma agilidad y tranquilidad se llevaba el cuerpo que alguna vez tubo nombre -

Me senté en mi trono y me quede mirando por unos segundos a Chelsea, al parecer todo había mejorado, por lo menos sabía que en mi guardia tenía gente confiable, pero aún seguía preocupándome un poco lo de Jane y Felix Me alegra mucho ese hecho Chelsea.. Todo parecía claro era el momento de averiguar que era lo que verdaderamente estaba pasando en la guardia, las cosas estaban cambiando y debía aprovechar el momento, y sobre todo debía aprovechar la presencia de mi querida Chelsea, quien siempre había sido muy confiable y leal, mire a mis dos hermanos, parecían no estar muy interesados en lo que sucedía en el salón, por lo que mire a Felix y a Demetri que estaban en los costados izquierdo y derecho del salón respectivamente, y les hice una pequeña seña para que salieran, necesitaba hablar con Chelsea.

Cuando el salón se encontró vacío dirigí mi mirada de nuevo a Chelsea, Cayo y Marco permanecían a mi lado sin mostrar aun mucho interés, por lo que proseguí sin prestar mucha atención a su presencia.. Querida.. Sabes algo de lo que pasa con Jane y Felix? Dije con una voz tranquila y pausadamente, no retire ni un solo segundo mi mirada de los ojos de Chelsea, si mentía, yo me daría cuanta, pero seguramente no lo haría pues sabía que si yo quería podría saberlo muy fácilmente solo con tocarla, además de que confiaba plenamente en ella igual que en toda la guardia.

Observe como Aro volvi a su trono, sus hermanos por lo visto no tenian ninguna interes en la conversacion y menos en una simple guardiana por lo cual me aparte de sus miradas y las dirigi hacia mi amor el cual si parecia tener interes en algo, pero por lo visto no era yo.

Vi como mis otros compañeros salian de la sala cuando Aro se los habia ordenado, cruze miradas con Felix por un momento hasta que desaparecio de el lugar, realmente no entendia el porque de esa situacion y de esa orden, pero ya lo sabria. Y bien lo super cuando volvi a mirar a Aro y su pregunt me evadio con total normalidad.

- Frunci el ceño levemente, me habia jacktado de esa pregunta mucho antes. Si me ponia a pensar sabia porque lo contaba,, ultimamente aquellos dos, Felix y Jane, estaban bastantes raros, el amor era evidente ante aquellas dos criaturas de dios y no se podia negar ante los ojos ajenos - Creo que cupido ah venido antes de la epoca - admiti encogiendome levemente de hombros con suma tranquilidad, manteni la mirada fija en la de Aro para que vea que no estaba mintiendo, y creo que jamas lo aria, era fiel a morir. -


Un aroma mas alla de la presencia que tenia ante mis ojos aparecio de repente, un objeto que vislumbre minutos antes aparecio volando por mi cabeza hasta caer cerca de los tres hermanos, mis facciones se volvieron mas duras, y aun mas serias cuando vi a aquella niña entrar, si que habia cambiado las cosas. Mi vision viajo desde la niña hasta Aro por un minuto.